sábado, 24 de junio de 2017

PALABRAS PERDIDAS, PALABRAS ENCONTRADAS

Hace muchos años una amiga me hizo un regalo muy especial, ella ya sabía de mi pasión por la escritura y mis sueños de escribir libros. Lo habíamos hablado durante horas, días, meses de charlas compartidas.
Por una extraña razón el "regalo" se hizo esperar, era muy especial, me había dicho, lo tuve que encargar...

Una mañana de septiembre de 1993 llegó con el paquetito en las manos, cuando lo abrí era un libro de tapas negras que decía casi en el lomo: COLECCIÓN LETRAS PERDIDAS, y abajo: EDICIONES LETRABUENA.
Cuando abrí el misterioso libro descubrí que todas sus páginas estaban en blanco y con total naturalidad escuché que me decía, es un libro para que lo escribas vos.

Hoy 24 de junio de 2017, encontré entre mis cosas hojas amarillentas que contenían palabras que fui plasmando luego en este libro. Están las hojas de computadora impresas con impresora de punto y está mi libro con las palabras de puño y letra, tachadas, corregidas deslizándose como pequeños arroyos de tinta azul.
De todas ellas hoy voy a rescatar algunas que me impactaron por el tiempo que llevan hidratando este libro y sé que es hora de continuarlo...

CANDADOS. (noviembre de 1993)
                       Ayer descubrí algo importante sobre los elementos que usamos para protejer cosas que valoramos. En ocasiones éstos elementos revierten su objetivo, las personas colocamos nuestros más valioso tesoros ¿en una caja?, ¿un gabinete?, ¿una habitación?, luego cerramos la puerta y para asegurarnos su protección colocamos uno, dos o más candados.
¿De quién o de qué protejemos a nuestros supuestos tesoros?
Quizás de nosotros mismos, quizás porque no sepamos como manjearnos en el afuera con ellos y busquemos un lugar oculto para disfrutarlos en privado.
Pero ¿éstos candados no encierran también nuestro más elevado yo? ¿estamos seguros que detrás de los candados quedan solamente nuestros atesorados objetos?. En definitiva nuestros tesoros no siempre están dentro de una caja, un gabinete, una habitación.
Será muy práctico utilizar persianas y candados para evitar que se escapen o se pierdan las cosas valiosas, pero CUIDADO, las persianas y candados también impiden la entrada a maravillosas experiencias por compartir.
¿Por qué empeñarnos en bajar persianas y atrincherarnos detrás de ellas? habría que averiguar si nos produce más temor perder viejos objetos o enfrentarnos a cosas nuevas.
¡Vamos! tú y yo conocemos la respuesta. Coincidimos en que crecer es una decisión para la cual hace falta coraje, implica romper los candados que guardan nuestras creencias pasadas y arriesgarnos a navegar por infinidad de inciertas posibilidades futuras.
Significa permitir la entrada y salida constante de aspectos viejos, presentes, futuros imaginarios, reales, posibles, creíbles. RECICLAR.
Tomar decisiones, elegir, optar, creer, crear, dejar caer los candados y vivir atentos a la vida, al amor, dejar que sólo lo que amamos sinceramente modifique nuestras creencias. Porque sólo así caerán todos los candados, los tangibles y los imaginarios, los que están afuera y los que están adentro de nosotros.
Levanta tus persianas y verás cómo la luz del sol abrillanta aún más tus tesoros y disuelve las opacidades y las sombras.
Comprendo también que eres libre de conservar tus persianas bajas y tus candados puestos.

CHOQUE. (noviembre de 1993)
                       Un choque es SIEMPRE un pasaje a otro mundo.
Un pasaje que sacamos nosotros mismos, con un itinerario también elegido por nosotros.
Podemos sacar un pasaje que nos traslade a otra dimensión, podemos sacar uno que sea de ida y vuelta, podemos optar por uno que sólo nos lleve unos minutos hacia adelante o muchos años hacia atrás. incluso uno en el cual borremos nuestra memoria y comencemos nuevamente de cero. Sea cual fuere, todos implican morir y nacer a una forma de vida diferente ¿mejor, peor, igual? Tú eliges.
Las opciones son infinitas, puedes abrir los ojos a la muerte física y pasar a una vida espiritual en la dimensión que elijas o reciclarte en el ciclo del ecosistema. Puedes abrir los ojos y encontrarte con el mundo que casi abandonas instantes atrás y descubrir que murieron los ojos que utilizabas para mirar sus imágenes. Ahora naces con ojos nuevos y todo luce diferente, luminoso, opaco, colorido, gris, maravilloso, espantoso, nuevamente eliges.
Puedes abrir los ojos y ser un niño, lleno de temores o lleno de sueños.
Puedes abrir los ojos y recordar un viaje hacia adelante, luces, un túnel blanco, AMOR.
Puedes abrir los ojos y ... ¡Nada!, memoria cero. Entonces cuánto por aprender, cuánto por recordar.

Un choque es una forma de cambiar tu actual expresión de vida.
Recuerda que existen otras maneras de cambiar tu mundo o pasar a otros. No hace falta que sea tan violento ¿O sí?