...LA SOLEDAD SE HACE CARNE EN MÍ Y LA NOCHE PARECE UN DESIERTO... (1)
Extraños son los modos en los que construimos nuestras soledades, me pregunto en qué momento permití que esto fuera sucediendo, y detesto la respuesta porque claramente soy la artífice de cada segundo de mi vida. Y aún así de lo único que me arrepiento es de haberme perdido durante algunos años, de haber huido cada vez que yo misma me encontraba esperándome detrás de un árbol. Dicen que cada experiencia es una elección y una lección, pues aprendí. A tal punto aprendí que retomé mi pasión por las letras a los 50, que lo que callo lo escribo, que lo que escribo lo leo en voz alta cada vez que puedo, pero que esta moneda gira permanentemente y aún tiene un valor diferente en cada lado.
Si cae de cara me encuentra cantando como antes, como cuando eso era uno de los modos de expresar mis tristezas y alegrías.
Si cae de cara me encuentra escribiendo mundos fantásticos en los cuales existen personajes que nos guían, nos ayudan a recordar que somos seres poderosos, llenos de potenciales. O probando descubrir si lo que ocurre es un sueño o simplemente la realidad que vemos.
Si cae de cara me encuentra proyectando momentos, propuestas, movidas llenas de magia. Y no es que tenga siempre un pensamiento mágico, es que creo en la magia absolutamente aunque otr@s les pongan diferentes nombres porque les da pudor entregarse a ese modo infantil, casi inocente de transitar algunos tiempos vitales.
Pero si cae de seca me encuentra triste por los que ya no están, sobre todo mi viejo y todo lo que quedó por compartir.
Si cae de seca me encuentra rememorando la inmensa apuesta que hice por amor, las renuncias y los esfuerzos por acompañar y por callar lo que no podía dejar de resonar en mis oídos.
Si cae de seca me encuentra recordando la lucha a brazo partido, y no exagero cuando digo partido, que te lo cuenten mis huesos y mi cuerpo adolorido que se encargan de gritar todo aquello que callo.
Si cae de seca me trae el sabor amargo de la traición, del desencanto, de las relaciones que idealicé y que envestí de ropaje imaginado por mí misma. Al fin y al cabo ... "cada uno es lo que es y anda siempre con lo puesto"... (2)
Si cae de seca veo a la gente indolente mirando lo que otro tiene o no tiene sin siquiera ver lo que dejó en el camino para lograrlo o no, veo a la gente que siempre se pone por delante o que sólo mira el accionar ajeno incapaz de mirarse a sí mismo con honestidad descarnada,
Y así pasan los días con la moneda girando en el aire y en ese girar las caras se mezclan y son sólo una.
Inicié esta reflexión diciendo que son extraños los modos en los que construimos nuestras soledades y aunque me cueste pensar que esta soledad de mujer también la construí, de algún modo así fue. Mucho más allá de un hombre que traicionó mi confianza, que rompió la promesa de no mentir, que no tuvo piedad a la hora de mansillarme y destrozar mi autoestima como mujer, más allá está mi propia traición, esa que me hice cuando dejé de lado TODO por ser para otro y no ser para mí.
De modo que la soledad que se hace carne en mí es la de mi propio alejamiento y es la que convierte la noche y el día en desierto, por eso, casi al final del 2019 me propongo descubrir un oasis en mi desierto y compartirlo con otr@s, dejar de engañarme con la falta de tiempo, buscar el momento y la oportunidad, ejercitar la destreza para que cuando mi moneda gire en el aire, caiga la mayoría de las veces de CARA a la vida.
(1) La llave (Abel Pintos)
(2) Sinceramente tuyo (Joan Manuel Serrat)