Y otro 25 de mayo que atraviesa el tiempo, me pregunto cuánto sabemos a ciencia cierta de nuestra historia tan joven y controvertida. La literatura ha puesto en juego muchas de sus tradiciones, algunas convertidas en leyendas, otras en cuentos, novelas, ensayos. Pero de los libros que han transitado mis manos refiriéndose magníficamente a tramos de nuestro pasado hoy particularmente quiero destacar dos, uno para niñas y niños de 6 años en adelante, Los cuentos de la tía Clementina y otro para jóvenes de hasta los 100 años, Misteriosa Buenos Aires.
Los cuentos de la tía Clementina son una serie de relatos
frescos, coloquiales, cargados de rasgos de época y llenos de pequeñas
situaciones que describe una nana mulata a su “amita” respondiendo a la
interminable curiosidad que le despiertan los hechos de la reciente Buenos
Aires. Estas historias se encuentran en el libro de Perla Zelmanovich,
Efemérides, entre el mito y la historia. Su desarrollo generalmente parte de
una pregunta que instala la niña Eugenia al momento de ir a acostarse e irrumpe
en los recuerdos o las observaciones que Clementina tiene de los sucesos.
Cada vez que vuelvo a leer o contar alguna de estas
narraciones vago entre la hilaridad del personaje central y las convicciones de
una sociedad en plena transformación, muchas veces acosada por intereses
extranjeros y siempre objeto de disputa entre los poderosos y los que intentan
torcer destinos inexorables de dominación por parte de los poderosos.
En cambio con Misteriosa Buenos Aires de Manuel Mujica
Lainez, me sumerjo una y otra vez en los recovecos menos explorados de lo que
fue la primera aldea y posteriormente la naciente ciudad de Buenos Aires.
Historias inquietantes, pobladas de misterio, magia y sombras que oportunamente
ocultan los devenires de una vida por siempre dura, controvertida entre
sumisiones y rebeliones, entre tradiciones señoriales y tradiciones primitivas,
colmadas de personajes vastos y variados de los interminables estratos sociales
que desde los inicios fueron fundantes para lo que hoy somos y no somos como
argentinos. Ambos textos son un pequeño aporte para forjar algunos rasgos de
identidad argentina en la Buenos Aires antigua, quizás si podemos volar en el
tiempo valoremos lo que han hecho nuestros ancestros para forjarnos un porvenir
como patria, porque hoy más que nunca deberíamos comprender el alcance de esta
palabra como un maravilloso sustantivo colectivo.
Desde el 1500 hasta el 1900 este libro los sorprenderá a
cada vuelta de página.
Tengan cuidado de no quedar atrapados entre sus misterios
como me ocurrió a mí…
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